sábado, julio 22, 2006

El ocio - El carácter ficticio del solo-pasatiempo-profesión

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Lo peor de todo es que el solo-pasatiempo-profesión sólo es apariencia: ningun argumento puede evitar la simulación de la no finalidad, que también se puede dejar de hacer, postergar. Socialmente el entretenerse goza de alguna aceptación social, no así el aburrimiento.

Lo fantasmórico y la irrealidad se abaten sobre el si-como-estar-haciendo con su teadium vitae (tedio vital) inconmensurable y cuya primera vícitima es la alegría al solo–pasatiempo-profesión elegido.

Ninguna persona seria puede estar continuamente feliz en una apariencia tan fácilmente entendible, revelable, descubrible, averiguable. Puede que estén conformes aquellos con una autoestima poco exigente.

Demoralizador es el impacto de lo ficticio en la existencia, le arranca, quita la dignidad, más le debería temer.

Por el contrario, la libertad vive y se sostiene al medirse con la urgente necesidad. También vive y se sostiene con el espacio ganado a la necesariedad, surtida con contenido, arrancadada con esfuerzo y éxito relativo y parcial.

El abandono del reino de la necesidad priva a la libertad de su escencia, al igual que la fuerza sin resistencia.

Libertad vacía, como el vacío de poder, se anula a si misma – y el interés genuino en el solo-pasatiempo-profesión emprendido. El juego como oficio de vida, está lejos de representar la dignidad humana

No hay un reino de la libertad fuera del reino de la necesidad.

Ausencia de seriedad frente a la realidad desvanece la dignidad, que distingue al ser humano con la necesariedad.

Aparte de este aspecto invisible, cultural, también el aspecto psicológico fracasa: la actividad aparente puede registrarse casi como consuelo frente a la anomia o deseperación de la inactividad.

Quitada la seriedad al solo-pasatiempo-profesión, también el amor se degrada por la pérdida de realidad de un espacio genuino de interacción en que se comparte la preocupación por la necesariedad. Por si solo se transforma en irrealidad. Tiene que haber algo más que el goce insular en la relación interpersonal, sino, la relación se torna patológica, parásita, canibalística, sin contenido.

No hay nada que gozar ni celebrar en la medida que no haya un trasfondo de pesantez existencial.

Sólo la seriedad y necesariedad de solo-pasatiempo-profesión es inclusión en un sistema de comunicaciones y recuperación de la diginidad.

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